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Monedas locales: Servicios educativos y trueque líquido1Translated title (es):Local currencies: Educative services and net barter |
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Resumen |
El artículo presenta un análisis conceptual de la naturaleza del dinero, su relación con la comunicación, los servicios educativos, el desarrollo y el desempleo. Adicionalmente, reporta una serie de experiencias de creación de monedas locales para el intercambio de bienes y servicios, y extrae algunas conclusiones sobre las ventajas de estos sistemas.
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Abstract |
This article forwards a conceptual analysis of currency nature, its relation with communication, educative services, development, and unemployment. Additionally, it describes a series of local currencies creational experiences for goods exchange services, and draws some conclusions about the benefits of such systems.
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A pesar de que el valor de la moneda se apoya en una ficción, el dinero cumple una función económica extraordinariamente útil. Pero también es un artificio. Las fuerzas «reales» que determinan la riqueza de una nación son la capacidad de sus ciudadanos, su trabajo y su ingenio, los recursos de que disponen, su modo de organización política y económica, etc.... la sociedad difícilmente posee otro mecanismo que pueda hacer más daño [que el dinero] cuando se avería.
Milton y Rose Friedman
Dinero: Bien que no nos sirve de nada hasta que nos separamos de él.
Ambrose Bierce
Una de las cosas más sorprendentes acerca de la naturaleza del dinero es que, desde cierto punto de vista, no existe. Tome un billete de $5.000 de su billetera y mírelo por un momento: recordará que solo es un pedazo de papel impreso. El dinero existe debido al acuerdo mutuo. Este convenio descansa sobre las instituciones financieras que hacen posible este tipo de confianza. La viabilidad de cualquier forma de dinero depende de la confiabilidad entre aquellos que desean realizar transacciones. Históricamente, la construcción de esta descansa sobre el trabajo de las instituciones financieras que, por ejemplo, sirven como garantes.
El dinero en efectivo es la forma más líquida del dinero. Es como una letra de cambio definitiva. La diferencia principal entre una letra de cambio personal y un billete es la confianza en el gobierno. Esta es una distinción vital, que demuestra cómo el dinero depende de nuestra aceptación colectiva y por lo tanto de las instituciones financieras confiables. Consecuentemente, el dinero en efectivo es un tipo de crédito impersonal. Podríamos resumir tres principios generales del dinero en los siguientes términos:
El estudio del que se deriva este trabajo tiene una doble pretensión. Por un lado, busca realizar un análisis conceptual de la naturaleza del dinero y su relación con la comunicación y el intercambio de servicios educativos. Por el otro, examina la documentación de casos de creación de monedas locales en distintas partes del mundo. Por último, se realizó un análisis mediante la revisión de la literatura que reporta tales experiencias.
El dinero sirve como una medida del valor, pero no es en sí mismo un valor. Es un error confundir la medición con la cosa medida. En economía, es equivalente a considerar las actividades económicas en términos puramente financieros.
Muchas cosas diferentes han cumplido la función del dinero a través de la historia. Se han utilizado las piedras, el oro, la sal, pieles, telas, caracoles, tabaco, etc. 2
Tendemos a pensar que todas las actividades económicas son esencialmente financieras. Esto es falso. Alrededor del globo, todas las personas intercambian bienes y servicios, hacen favores los unos a los otros, sin la mediación del dinero. Si esas actividades son económicas, ciertamente no son financieras; el dinero no está involucrado. Sin embargo, son similares a las actividades donde el dinero está involucrado.
El desarrollo tiene un aspecto de demanda y otro de oferta. Los oferentes son las organizaciones de ayuda: fundaciones, ONG, entidades de la ONU, y agencias gubernamentales. Del lado de la demanda, el desarrollo es a menudo concebido como una cuestión de las mejoras, los proyectos y los programas. Es desde el mismo punto de vista de la oferta que el lado de la demanda es concebido como consistente en receptores: aquellos que reciben la ayuda o las contribuciones. Incluso la afirmación de que el desarrollo debe respetar la autonomía de las personas es una afirmación hecha por el lado de la oferta.
Del lado de la demanda, hay personas con deseos, pero sin un camino. El desarrollo es una cuestión de que esos deseos lleguen a hacerse efectivos. Es un proceso de necesidades latentes que llegan a hacerse explícitas; de voces previamente acalladas que llegan a ser socialmente efectivas y activas. Por esto es que la educación es un ingrediente vital en todos los programas de desarrollo: las personas que tienen la capacidad y la oportunidad para hacer efectivas sus propias demandas, lo harán. El desarrollo habilita los deseos económicamente ineficaces de las personas para que lleguen a ser socialmente efectivos. Una vez las condiciones de capacitación están en su sitio, el programa social no se necesitará por más tiempo.
Cuando afirmamos que el dinero es un medio de cambio, esto es como decir que hace audibles nuestros deseos. A través del mecanismo de precios, los deseos de muchas personas diferentes pueden hablar los unos con los otros para hacer intercambios, utilizando el dinero. El desarrollo hace socialmente efectivas las necesidades latentes, les da una voz. La voz es usualmente monetaria.
¿Por qué los pobres rurales emigran a las ciudades? Aparentemente, porque estas incrementan las oportunidades. Pero, ¿por qué esas oportunidades no están disponibles en la región rural? En gran parte, por falta de inversión. Sin embargo, quizás algunos de esos aspectos de la economía citadina pueden ser duplicados en las áreas rurales. El problema no es que las comunidades rurales carezcan de un bien especial: el dinero. Para las personas individuales, los problemas financieros aparecen así, pero esta no es la naturaleza del problema para una comunidad completa. El dinero no es un bien.
Necesitamos deconstruir el problema del dinero, y entonces reconstruirlo de una manera más soluble. Los problemas ocultos en la carencia de dinero son: falta de bienes de capital, carencia de buena información mercantil y carencia de un medio de intercambio. Más adelante consideraremos este último problema en relación con el desarrollo y el desempleo, porque el intercambio es la primera función del dinero. Una vez entendamos que el dinero no es la riqueza, podremos ver que las comunidades podrían ser ricas, incluso si no tienen dinero.
A menudo, los incrementos en la productividad implican aumentos del desempleo: se generan pocos trabajos nuevos, la fuerza de trabajo disponible crece y la que ya está empleada es más productiva. En los mercados globales competitivos, para que cualquier compañía permanezca en el negocio, debe reducir los costos. En un plazo largo, la manera más eficiente de reducir los costos es invertir en tecnologías más eficientes, lo cual significa pocos trabajos.
En el contexto de un desempleo alto y de largo plazo, tiene algún sentido pensar en los trabajos como bienes en la oferta corta. Aun así, esto es irónico, porque parece que la reducción de costos mediante la implementación de tecnologías podría conducirnos a no tener nada por hacer.
Hay cierto tipo de irracionalidad en ciertos géneros de desempleo. Por un lado, hay personas desempleadas con la capacidad y la voluntad de suplir las demandas de otros. Por el otro, sus clientes potenciales, quienes también están desempleados, pero con voluntad de trabajar, son demasiado pobres para negociar sus bienes y servicios. Hay trabajo para hacer, y personas que desean hacerlo. Aparentemente, el problema es: ninguno puede pagar por el trabajo, porque todos son muy pobres, porque todos están desempleados. Esto es como decir: el pobre no puede crear su propio empleo porque es pobre. La mano derecha no puede pagarle a la mano izquierda porque la mano izquierda no puede pagarle a la derecha.
Hay cierto tipo de irracionalidad alrededor de este círculo. Puede ser visto en la afirmación: el pobre carece de la demanda efectiva para negociar los bienes que él mismo podría producir. Hay algo incorrecto en nuestro pensamiento aquí.
Dejando las necesidades de capital a un lado, es irracional para la demanda y la oferta de trabajo, existir independientemente sin comunicación a causa de la carencia de un medio de intercambio. El desempleo que existe únicamente por la carencia de un medio de intercambio es irracional. El intercambio puede hacerse sin dinero.
Los problemas financieros del desarrollo incluyen: carencia de bienes de capital, de buena información de mercado y de un medio para hacer los intercambios. En áreas de pobreza estos problemas se refuerzan a sí mismos. La carencia de bienes de capital y la falta de información de mercados se combinan, porque no hay alternativas para cambiar o efectuar los intercambios. El cambio es un mecanismo demasiado rígido, pero el efectivo puro es demasiado líquido.
En principio, el dinero no solo sirvió para facilitar las transacciones, también posibilitó la cohesión social, el fortalecimiento de la confianza mutua y el acercamiento entre culturas diferentes. Sin embargo, con el paso del tiempo, terminó por separar a las personas. Es cierto que nuestra sociedad, comparada con las sociedades esclavistas del pasado, presenta aspectos más igualitarios. Los grandes cambios políticos que trajeron democracia a las naciones, sin embargo, todavía no han tenido un efecto importante sobre la igualdad social en muchas áreas de la vida. Muchas sociedades del pasado –y algunas del presente- no eran igualitarias porque había una discriminación explícita de ciertos grupos –negros, mujeres, entre otros. Nuestra cultura ha maquillado esas desigualdades, en parte, con el mecanismo del dinero. Se supone que todos tienen acceso a las mismas oportunidades. Pero la distribución real del dinero hace que eso sea falso. De hecho, normalmente quienes carecen de dinero no tienen igualdad de oportunidades. Esto podría ser parte del sentido de la afirmación de los Friedman de que no hay un mecanismo más perjudicial que el dinero cuando comienza a funcionar mal.
La oferta y la demanda ya existen en ciertos sectores atrasados, pero carecen de un medio de expresión y, debido a esto, no son efectivas. Algunos tipos de dinero son requeridos para emitir energía y poner a correr los intercambios dentro de la economía local. Por 'dinero' significamos el medio de intercambio, pero no necesariamente el efectivo. El desarrollo es una cuestión de hacer hablar las necesidades silenciosas, pero no debemos asumir que todas deben comunicarse en moneda dura.
El desempleo es algunas veces un mal regional o sectorial dentro de una economía global. La inflación puede ser también un problema regional, el cual, debido al sistema singular de precios del mercado, se esparce nacional e internacionalmente. La creación regional de dinero extra causaría inflación regional, dados los patrones normales de circulación. Esto podría resolverse con monedas sectorialmente limitadas.
En la primera elección en Nueva Guinea, uno de los partidos políticos decidió ofrecer una campaña electoral nueva y audaz. Los miembros del partido prometieron al electorado que producirían más dinero y los harían ricos a todos, y por lo tanto resolverían los problemas económicos del país.
Es fácil para nosotros pensar que el dinero es un bien del que carecemos, porque la falta de dinero siempre limita nuestras elecciones efectivas. Normalmente, si carecemos de algo entonces debemos producir más de ello. La idea de que solo deberíamos imprimir más billetes es absurda porque el exceso de emisión causa inflación.
Una de las causas de la inflación es demasiado dinero por pocos bienes. ¿Por qué? Como con las contribuciones y las inversiones, el nuevo dinero depende de cómo se utiliza –de cómo, dónde y a qué sector es inyectado el dinero extra en la economía. De la misma manera en que una ayuda inyectada en una economía no necesariamente disminuirá la pobreza ni estimulará el desarrollo, la creación de dinero adicional no necesariamente aumentará la inflación.
El mecanismo de precios tiene la función de ofrecer información acerca de la oferta y la demanda, y cualquier forma de dinero permite las transacciones. En este sentido, el dinero lubrica la economía. Si se emite demasiado dinero en una economía vieja y bien aceitada, los precios subirán. Pero en una región poco desarrollada, el dinero extra ayudará a lubricar las transacciones y proporcionará la información requerida acerca de la oferta y la demanda. En una economía en la que hay secciones o regiones caracterizadas por disponer de muy poco dinero para muy pocos bienes, no puede ser un buen análisis aplicar acríticamente un diagnóstico nacional para un problema sectorial o regional.
¿Cuándo y por qué la emisión excesiva de dinero causa inflación? En la ecuación
MV=PQ,
M es la oferta de dinero.
V es la velocidad de circulación.
P es el promedio del nivel de precios, y
Q es la cantidad de bienes producidos.
La ecuación dice que la cantidad de dinero en circulación, por la velocidad en la que circula, es igual al promedio del nivel de precios por la cantidad de bienes producidos. Esta es una verdad necesaria, porque la cantidad de dinero circulante en una economía debe ser igual a la emisión total de dinero.
La ecuación nos muestra cómo un incremento en la oferta de dinero causará inflación. Demuestra que un aumento en M incrementará P solo cuando V y Q son constantes. En otras palabras, imprimir más dinero subirá los precios cuando la velocidad de circulación y la oferta de bienes son constantes. También muestra cuándo el incremento en la oferta de dinero no causará inflación. El acrecentamiento de M no aumentará P cuando Q se incrementa lo suficiente durante el mismo período de tiempo. En otros términos, en una economía donde los bienes más deseados han sido producidos, incrementar la oferta de dinero no causará un aumento en los precios, porque el dinero adicional será utilizado para negociar los nuevos bienes, en lugar de promover el alza de los precios existentes. Adicionalmente, a largo plazo, V no es constante. Cuando la economía llega a equilibrarse, se emite dinero menos rápidamente, y entonces más dinero es necesario para completar el mismo número de transacciones sobre un período determinado de tiempo. Cuando la velocidad de circulación disminuye, la oferta de dinero puede ser incrementada sin un aumento subsecuente en el nivel de precios.
La cuantificación involucra enfocarse solo en ciertas variables y no en otras, las cuales son consideradas como irrelevantes. La ecuación MV=PQ abstrae todas las demás variables: no importa cómo o dónde es aumentada la oferta de dinero. En términos de la ecuación, si la oferta de dinero es incrementada, es relevante para qué es utilizado el excedente adicional. Además, la ecuación no refleja el hecho de que el dinero no circula de manera uniforme. Este punto es vital para comprender el desempleo regional.
En las economías nacionales y mundiales, mucho del dinero circula en grandes proporciones entre pocas instituciones. Cerca del 85% de las transacciones en dólares son intercambios en efectivo; el número de transferencias electrónicas llega solo hasta el 2% del total. Sin embargo, en este 2%, 5 de cada 6 dólares que se mueven en la economía del mundo están involucrados. La cantidad y velocidad del dinero en circulación en la economía depende de en qué sector se esté. Hay regiones completas y sectores donde no hay mucho dinero en circulación.
Entre las corporaciones financieras grandes, los gobiernos y las compañías de seguros, hay prolongadas y frecuentes transferencias, las cuales utilizan mucha parte de la oferta de dinero existente. El dinero puede fluir electrónicamente desde un banco hasta una inversión en una compañía, dejando por fuera áreas completas de la economía donde la circulación es lenta, menos frecuente y en trozos pequeños. Mientras que algunas partes de la economía son tensas, otras son flojas, y la velocidad de circulación no es una constante en el espacio ni en diferentes sectores de la economía. Incluso si V es una constante en un promedio de tiempo, no lo es en el espacio y para diferentes tipos de actividad económica. Mientras que MV=PQ es verdadera para una economía como un todo, la ecuación no refleja el hecho de que el dinero no circula uniformemente.
Las economías regionales son débiles, aun cuando la economía total es tensa. En tal caso, la cuestión de cómo y dónde el dinero creado será utilizado es importante al decidir si crear dinero tendrá efectos inflacionarios. No es solo una cuestión de cómo mucho dinero está circulando en la economía como un todo, sino dónde está circulando. El dinero nuevo, que podría ser inflacionario en Londres y Bogotá, podría ser necesitado y no inflacionario en algún barrio de Manizales o Armenia. Al tratar la economía como un sistema, con la misma velocidad de circulación en un flujo constante, se ignoran las variaciones regionales.
En el nivel nacional, podría ser verdad que emitir más moneda nacional solo causará inflación. Además, podría ser verdadero que emitir más dinero en el nivel nacional no ayudaría a los problemas del desempleo regional, dados los patrones de circulación existentes. Sin embargo, a despecho de todo esto, también puede ser verdad que hay regiones para las cuales la creación de dinero nuevo estimularía la demanda sin causar inflación.
Sería necesario crear un nuevo medio de intercambio el cual resolvería la debilidad donde la hay, sin causar inflación en las partes tensas de la economía. Tendríamos que crear nuevas formas de dinero que burlen los patrones existentes de circulación. Crear nuevos tipos de monedas es necesario para inyectar dinero a los subsistemas débiles. Esas nuevas monedas podrían estar regionalizadas de tal modo que los efectos de reactivación de la inyección no tendrían repercusiones inflacionarias dentro de las partes más ricas del sistema como un todo.
Uno de los impedimentos para la revolución industrial al final del siglo XVIII en Inglaterra era la centralización del dinero alrededor de Londres. Los industriales estaban ubicados en el norte cerca de los depósitos de hierro y carbón. El desarrollo de bancos regionales y nacionales en la década de 1750 alivió el problema pero, aun así, nunca hubo efectivo para pagar los salarios semanales de las grandes empresas. Para contrarrestar esto, Wilkinson y otros industriales produjeron sus propios billetes y monedas.
Los pobres y los desempleados a menudo tienen que encontrar maneras de dejar a un lado la economía del efectivo. Tienen que depender de intercambios y trueques sin efectivo, sobre el principio de ayuda mutua. Pero al dejar a un lado la economía del efectivo, sus necesidades quedan prolongadamente acalladas sin una voz financiera efectiva. Su demanda y oferta no pueden hablar a los demás en el lenguaje del dinero. Sus intercambios no tienen el medio para hacerse fluidos.
Supongamos que confiamos y que de hecho podríamos confiar los unos en los otros. En tal caso, cada persona podría escribir letras de cambio que podrían ser transferidas a un tercero, como un cheque al portador. ¿Cuál sería el efecto de esto sobre la oferta de dinero, la velocidad de las transacciones y la inflación? Imagine un tal sistema de letras de cambio en un mundo de personas desempleadas. Uno ofrece sus letras como pagos en el tiempo y ellas pueden ser usadas por terceros. Ofrecemos una hora a Juan y él la ofrece a Pedro a cambio de trabajo, y Pedro llega a nosotros demandando una hora de nuestro tiempo. Esto podría lubricar el subsistema, sin incrementar la inflación. En otras palabras, las transacciones sin efectivo podrían ser estimuladas dentro de un subsistema débil para reducir el desempleo. Esto podría hacerse creando monedas regionales para hacer efectivo aquel tipo de demanda para la cual ya existe oferta.
Si escribiéramos una letra de cambio esto podría ser dinero en la medida en que haya confianza. Así, en la medida en que 3 o 4 de nosotros nos pongamos de acuerdo, podemos crear nueva moneda. Solo con escribir en pedazos de papel y cumplir nuestras promesas. Podemos tener una subeconomía basada en el trabajo –cupones de intercambio en lugar de efectivo-. No hay necesidad de llamar al gobierno para hacerlo. En la medida en que haya un acuerdo mutuo y buena fe con las promesas (ser consecuentes), podemos hacerlo solos.
Parece que el dinero no puede ser un medio apropiado de intercambio en estas circunstancias, porque el efectivo inevitablemente entraría en el flujo de la economía, y causaría inflación. En Gran Bretaña, hay una red de aproximadamente 31 esquemas de transacción (llamados LETS –local employement and trading schemes) los cuales utilizan monedas alternativas para facilitar el intercambio de servicios tales como transporte, cuidado de niños, oficios del hogar y productos (ver el anexo). Los libros de cheques son utilizados para recordar las transacciones. Esquemas similares han sido instituidos en Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Ecuador. En Estados Unidos, los esquemas compartidos de Massachusetts tienen objetivos similares. Por ejemplo, para préstamos de capital, una tienda en Deli utilizaba sus propias letras (llamadas dólares Deli).
En Ecuador, por ejemplo, se ha replicado el modelo LETS con el nombre de SINTRAL (Sistema de Intercambio y Transacciones Locales) para los integrantes de la Fundación Educativa Pestalozzi en la localidad de Rumihuaico, Tumbaco. El sistema funciona a través de ‘recursos’, cada uno de los cuales es equivalente a un sucre pero solo tiene valor de intercambio dentro de los miembros inscritos a SINTRAL. Entre 1993 y 1997, el sistema registró un movimiento de aproximadamente un billón de ‘recursos’, lo cual ha permitido a los integrantes incrementar su poder adquisitivo, situación que hubiese sido imposible por fuera del sistema. “En ciertos casos, para muchos ha significado la posibilidad de comprar los servicios de un dentista o productos cuyo costo habría sido prohibitivo en el mercado externo”. (Wild). El sistema presenta múltiples ventajas para sus miembros:
1) Al acceder al sistema, se puede comenzar a obtener beneficios aun si no se cuenta con ‘recursos’. Al obtener un beneficio inicial, se queda con una deuda equivalente al valor del bien o el servicio adquirido, y se paga con la prestación de otro servicio o bien equivalente.
2) Como los ‘recursos’ no pueden ser utilizados por fuera del sistema, no pueden ser robados. Tampoco es posible la acumulación de los mismos, porque no hay intereses ni son utilizables para algo diferente de adquirir bienes y servicios dentro de la comunidad perteneciente al sistema.
3) El sistema crea y refuerza vínculos de confianza dentro de la comunidad, pues el beneficio individual dentro del sistema depende completamente de los bienes y servicios que cada persona puede ofrecer (en eso se basa el intercambio mediante ‘recursos’).
4) Las pérdidas (ocasionadas por el retiro de personas ‘endeudadas’, o por la imposibilidad de pagar las deudas) son asumidas por la comunidad entera.
5) Todas las riquezas quedan dentro de la comunidad misma, debido a que los ‘recursos’ solo tienen valor de intercambio dentro de ella.
El éxito de este sistema en la localidad de Rumihuaico hizo que se comenzara a extender a otras zonas pobres de Quito. En 1995 se empezó a implantar el mismo tipo de sistema en el barrio de Toctiuco, bajo la dirección de la ONG Tierra de Hombres.
En Inglaterra, el sistema cubre a más de 4.000 personas. Harry Turner, un profesor y artista que participa en el proyecto en Inglaterra, dice: “Los gobiernos locales, las agencias de empleo y muchas otras personas, están considerando el sistema LETS como una manera de enfrentar algunos de los problemas más serios” (Holdsworth, 1992). En Canadá hay alrededor de 10 localidades operando con LETS; 20 en Australia y Nueva Zelanda, y 5 en Estados Unidos.3 En América Latina, además de Ecuador, Argentina y México han utilizado el esquema LETS. En Argentina hay 400 clubes que funcionan con monedas alternativas, y en México hay una comunidad que creó su propia moneda: los Tláloc, cada uno de los cuales tiene un valor equivalente a tres dólares.4
En Colombia, algunas instituciones han utilizado sistemas similares de intercambio. Por ejemplo, los Comités de Cafeteros utilizaron durante algún tiempo sus propios billetes, los cuales servían para adquirir bienes y servicios dentro de las instituciones del propio Comité –a un costo más bajo que el del mercado normal. También en algunas zonas rurales se han implementado sistemas similares para adquirir insumos agropecuarios a cambio de la inclusión de los hijos en el sistema educativo –estrictamente, en términos financieros, este último sistema es realmente de contribución y no de intercambio. Sin embargo, estas iniciativas no han tenido un impacto profundo en las economías locales involucradas, debido a que dependen en gran parte de la suerte de alguna institución en el mercado global. Naturalmente, los esquemas del tipo LETS permiten superar estas deficiencias, básicamente porque no dependen de la competencia de ninguna entidad específica dentro del mercado global, sino más bien de la participación y compromiso de los individuos relevantes, los cuales son los más beneficiados con el éxito del esquema.
A finales de los años 90 y comienzos de la década del 2000, en Medellín, la comunidad del barrio de Altamira comenzó a emitir su propia moneda, llamada Altamir –unos pequeños triángulos de colores-, para facilitar los intercambios entre los habitantes del barrio. Cada Altamir era equivalente a mil pesos colombianos, y con ellos las personas han intercambiado desde reparaciones del hogar hasta clases de idiomas extranjeros o música. El sistema funcionaba5 mediante un club, al cual se afiliaban los interesados y dentro del cual realizaban sus transacciones. Los integrantes del club organizaban ferias para ofrecer bienes y servicios, y la moneda para realizar las transacciones era el Altamir. De esta manera, los desempleados podían ofrecer sus servicios a una comunidad amplia, y recibir bienes y servicios a cambio. “El club también logró que la Universidad Tecnológica de Antioquia les diera 21 cupos en diversos cursos de capacitación a cambio de Altamires que usarán en las ferias los estudiantes de ese sistema educativo” (Ruiz, 2000).
Hay que aclarar que, aunque estos sistemas surgen, obviamente, porque el monopolio estatal del dinero no logra cubrir todos los sectores, no están basados en una propuesta de “desnacionalización del dinero” como la que ha adelantado famosamente F. Hayek (1985). El punto básico en el que se basan los esquemas LETS es que una parte considerable del atraso de algunas regiones se debe a la falta de un medio de comunicación e intercambio y que, dado que hay bienes y servicios para intercambiar y personas desempleadas y sin acceso a esos bienes y servicios disponibles, lo más racional es facilitar los intercambios mediante la creación del medio apropiado. Esto no implica atentar contra el monopolio estatal en la oferta del dinero, sino suplir lo que ese monopolio no logra hacer. David Boyle, el editor del magazín New Economics, dice: “Todas las comunidades poseen habilidades. La tragedia de la recesión en el interior de las ciudades es que nuestro sistema económico es incapaz de utilizar esas habilidades” (Holdsworth, 1992). Precisamente los esquemas tipo LETS de economías sectoriales o regionales se proponen hacer socialmente efectivas esas habilidades.
En relación con los servicios educativos se presentan varios aspectos interesantes en los esquemas tipo LETS. Uno tiene que ver con la función comunicativa del dinero: en teoría, el dinero sirve para comunicar la oferta y la demanda o el deseo con su objeto. No es el único mecanismo pero, cuando es ampliamente utilizado, su ausencia crea una forma de incomunicación, un bloqueo. Esto se ve claramente en algunas de las experiencias aquí presentadas, en las que la creación de moneda local sirvió para conectar a posibles usuarios de servicios educativos informales con quienes pueden prestarlos.
El segundo aspecto que puede resaltarse tiene que ver con la naturaleza de los servicios educativos que son más sensibles a la creación de monedas locales. En el caso de Medellín se contrataron servicios de educación formal, pero incluso en ese caso y en los demás, los servicios educativos que más se prestan al tipo de intercambio de las monedas locales son los de educación o capacitación informal (enseñanza de idiomas u oficios). Una posible explicación de esto es que los servicios educativos formales están incrustados en una estructura mucho más impersonal y rígida, mientras que servicios como un curso de inglés pueden ser accesibles con independencia de la existencia de instituciones y solo requieren una persona capacitada, la cual es mucho más fácil de contactar e involucrar en un esquema tipo LETS.
Finalmente, quisiéramos terminar relacionando una observación de José Joaquín Brunner con el contexto de nuestro análisis. Decía Brunner, a propósito de las relaciones entre la educación y lo que se denomina “Nuevas tecnologías de información y comunicación”, lo siguiente: “[…] Resulta curioso, en realidad, que durante tanto tiempo la educación y el discurso educativo hayan podido desarrollarse casi con entera independencia del hecho tecnológico; incluso, de la tecnología entendida como instrumento” (Brunner, 2000). En relación con la ausencia de dinero y la educación, el problema se ha pensado casi exclusivamente en términos de la forma de subsidiar la demanda, pero se ha dejado a un lado el hecho de que la ausencia de dinero podría simplemente incomunicar unos servicios educativos con unas necesidades ya existentes, que podrían comunicarse sin la necesidad de más dinero oficial. En otras palabras, esa ausencia, en localidades pobres con algunas características, podría estar haciendo que personas que estarían dispuestas a entrar en intercambios de servicios educativos aun sin el dinero, no lo estén haciendo. Desde luego, esta es una dimensión que apenas esbozamos aquí y que requiere un trabajo independiente.
Anexo: Regiones en las que se ha usado el esquema LETS en Inglaterra. Fuente: Holdsworth (1992).
Brunner, J. (2000). “Escenarios de Futuro. Nuevas Tecnologías y Sociedad de la Información”. En: Documento de Trabajo Nº 16, PREAL: Santiago de Chile. Versión reelaborada disponible en: http://200.6.99.248/~bru487cl/files/JJ_IIPE_BA_4_mismo.pdf
Friedman, M. & Friedman, R. (1983). Libertad de Elegir. Barcelona: Orbis.
Hayek, F. (1985). La Desnacionalización del Dinero. Barcelona: Orbis.
Holdsworth, N. (1992). “From tiny Acorns - a way out of recession”. En: The Independent (edición del 27 de diciembre): Londres.
Morris, D. (1992). “Bringing the Money Back Home”. En: Utne Reader (Julio/Agosto): Topeka.
Ruiz, M. (2000). “Sin el Vil Metal”. En: Cromos, No. 4.280 (edición del 14 de febrero): Bogotá.
Wild, L. El Desarrollo de SINTRAL, documento cedido directamente por el autor.